El actor no es el clásico novio que delega en su futura mujer los preparativos de la boda y, por el contrario, se está encargando de que todo salga perfectamente en el gran día, programado para este verano en la casa que la pareja tiene en Francia.
Al parecer, Pitt ha contratado a una cuadrilla de obreros que están haciendo reformas e incluso se rumorea que quiere construir una pista de aterrizaje para que los invitados que quieran llegar allí en ‘jet’ privado puedan hacerlo sin problemas.
Además, está en conversaciones con los locales de la zona porque quiere que la comida y la bebida que se sirva en el banquete sea local. En total, y según ha contado un allegado a la revista ‘Grazia’, lleva gastados alrededor de 10 millones de dólares. Más que una boda eso va a parecer unas Olimpiadas. | Gtres