Si la memoria no me falla, como suele ocurrir con mucha frecuencia a mi edad, Fermín Luna fue el pionero de los comunicadores que comenzó a transmitir un programa de televisión en la modalidad de cable en Manhattan. A decir verdad nunca fue un productor exitoso pero, en ese entonces él, que tenía un ojo entre los ciegos, era rey. Fermín Luna descansa en paz, en su penúltima morada en la tierra, en un asilo ubicado en Manhattan donde ni su hijo le visita.
La peligrosa osadía que pudimos observar con Luna fue que su mayor popularidad la alcanzo por sus pronunciamientos anti-haitianos contra Ugui Pie, como el le llamaba a José Francisco Peña Gómez. Con eso gano publico, no por lo bien que lo hacia sino por lo ridículo e inverosímil de sus comentarios sobre una persona de raza negra. Fermín nos imaginamos que no es racista pues también había emprendido su furia contra Zunilda Fondeur, conocida periodista de una calidad extraordinaria quien nunca le hizo caso, ignorando ella, de forma genial los comentarios en su contra.
De repente se nos marcha Santiago Cerón, salsero-sonero con una característica muy especial de hacer música y, a quien el éxito le estuvo esperando siempre sin llegar a ocupar el lugar que bien, como buen músico, mereció.
Ricardo Paredes periodista y foto reportero de farándula consagrado, quien laboro en El Nuevo Diario, se nos fue a destiempo cargando el peso de una enfermedad destructora que le mantuvo en cama y desgastándole por varios meses.
Nos toca ahora el tema de Emmanuel Rojas (Jubimpo) joven luchador quien por varios años se abrió un espacio en las redes de la digitación, publicando su periódico EvolucionPress. Jubimpo esta siendo tratado en el Hospital Kings Country Behavior Health Center de Brooklyn. Su condición es muy delicada, trastornos de conducta y una depresión crónica, al parecer, son las fuentes de su mal estado. Sabemos que en el pasado reciente a Jubimpo le afecto mucho unos comentarios acerca de un supuesto padecimiento de Sida que fueron publicados por un medio de comunicación local con sobradas intensiones de hacerle daño.
Ahora, gracias a la globalización digital y la televisión express, se han colado muchos nuevos prospectos en los medios de comunicación que han servido de trampolín de la maldad y el irrespeto a la vida misma. La delincuencia informativa, cruzado las fronteras, hace su agosto; incluyo a los malos periodistas-informadores que se prestan para engraciarse con malos políticos que son serviles constantes y receptores de incentivos monetarios que preña su descaro. Los malos comunicadores han convertido los medios en la epidemia del siglo XXI.
¡Imagínese usted la Republica Dominicana sin Nuria, Zapete ni Alicia!
Autor: Róman Polanco.