Los esfuerzos individuales por preservar el patrimonio arquitectónico de la ciudad, con notables aciertos, siguen a la zaga del deterioro y caída de muchos inmuebles.
El balance es negativo para la ciudad.
Edgar Lantigua -El paso del tiempo va convirtiendo algunas de las típicas casas de madera, de estilo victoriano o neoclasico, que caracterizan la zona histórica de Puerto Plata, en casas fantasmas y verdaderos peligros públicos.
Los esfuerzos individuales por preservar el patrimonio arquitectónico de la ciudad, con notables aciertos, siguen a la zaga del deterioro y caída de muchos inmuebles. El balance es negativo para la ciudad.
Desde que la riqueza arquitectónica que define el perfil urbano de Puerto Plata, fuera inventariada en 1976, por el norteamericano Robert S. Gamble, junto al doctor José Augusto Puig, han pasado 48 años y sólo va quedando una fracción de las edificaciones identificadas.