Testimonio. En este mes de septiembre se celebraron dos fechas: el Día Internacional del Periodista y el Día del Periodista Turístico. Aprovechando la conmemoración, para la historia de hoy se entrevistó a este comunicador que cambió los números por las letras, y no se arrepiente.
Marta Quéliz -La formación de hogar es un regalo que perdura en el tiempo. Ramón Chávez Reynoso agradece haberla recibido por parte de unos padres que tienen casi 60 años de matrimonio. A él y a sus ocho hermanos les dieron una crianza fundamentada en la fe, en la educación y, sobre todo, basada en la importancia de servir a los demás.
Por encima de su chacabana azul y su impecable imagen pudo notarse que ha aprovechado al máximo lo enseñado desde niño. Medio tímido y si se quiere, hasta un poco nervioso, llegó a la Redacción de LISTÍN DIARIO a la hora acordada. Se dejó llevar y demostró que su educación es genuina. Posó para las fotos atendiendo al pie de la letra los requerimientos del fotógrafo. Su comportamiento hizo pensar que, en su natal El Caimito, San Francisco de Macorís, fue un “buen muchacho de mandado”.
Entrando en materia, siempre agarrándose sus manos, el dueño de la historia de hoy, no tardó en dejar claro que tuvo una infancia feliz y de provecho. Sin embargo, reconoce que la de sus padres no fue tan halagüeña. “Sé que, al menos la de mi papá no fue así, viene de una familia muy humilde. Trabajaba como jornalero, pero se fue superando hasta que logró darnos a nosotros una mejor vida, comparada con la suya”. Se enorgullece del ejemplo que ha recibido de su progenitor.
Chávez, un apellido que resuena en los medios de comunicación, porque no sólo ha incursionado en el Periodismo, sino que ha entrado para quedarse, en la vida de mucha gente, y lo ha hecho para sumar. Es de las personas “que sirven hasta para remedio”, como se dice popularmente. No es para menos. Muy jovencito se dedicó a trabajar para la iglesia, siendo catequista y coordinador de actividades religiosas que involucraban a otros jóvenes. Hoy día, tal vez no tenga el tiempo para ello, pero nunca ha abandonado el camino de la fe.
Su entrada a los medios
El protagonista de este relato estudió Contabilidad y Mercadeo. Por si fuera poco, también tiene una maestría en esta última área. “Eso sí, de los números ya ni me acuerdo, soy un analfabeto de ellos después que me encariñé con el Periodismo”. Se ríe y es de las pocas veces que lo hace. Se tomó muy en serio la entrevista.
Ahora bien, ¿cómo se da ese paso de Chávez, de los números a las letras? A esta interrogante responde con robustos detalles. “Mi cuñado, Sanchito, que ya falleció, trabajaba en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y me ayudó a entrar a laborar en el sistema administrativo del Colegio Dominicano de Periodista. Ahí me comencé a involucrar en ese mundo”. No usurpó funciones ni uso el intrusismo. Se preparó haciendo cursos, diplomados, talleres y todo tipo de capacitación que le permitiera desempeñarse con profesionalidad y ética.
El tiempo transcurría en esos inicios de los 90 y, el dueño de esta historia además de académico universitario, iba aliándose con los gremios que representan a los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación. “Fue así como también iba transitando el camino del gremialismo hasta que logré posiciones importantes en algunos de ellos”. Tal es el caso que, de 2018 a 2020 se convirtió el presidente de la Sociedad Dominicana de Medios Digitales (Sodomedi). En 2022 volvió a ser escogido, y presidirá la entidad hasta el año 2025. En la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) es director ejecutivo.
Está montado en el tren de la modernidad que conduce al Periodismo hacia la digitalización. Por ello es que, como en este mes de septiembre se celebraron dos fechas: el Día Internacional del Periodista y el Día del Periodista Turístico se le invitó a contar su historia en un área a la que incursionó por accidente.
“En nuestro gremio sancionamos a quienes publiquen noticias falsas”
Ramón Chávez es un hombre coherente. Se casó para toda la vida y tiene 30 años de matrimonio. Recibió buena educación y esa ha tratado de darles a sus tres hijos. Lo condujeron por el sendero de la fe y honra esta enseñanza confiando plenamente en Dios. Desde que decidió incursionar en el Periodismo lo hizo con respeto y eso es lo que exige en todos los roles que desempeña dentro de esa carrera.
No se define como influencer. Su misión ha sido: “Ser influyente en la vida de los demás a través de la comunicación y el gremialismo”. No lo hace notar para presumir. Lo destaca porque sabe que, hasta de quien menos sabe se aprende algo, y trata de que ese algo sea beneficioso, que contribuya al desarrollo y crecimiento de los demás. Es cauto cuando cita las posiciones que ha ocupado en los gremios periodísticos. Chávez cumple su papel teniendo claro el criterio de que a los puestos no se va para favorecerse, sino para favorecer a otros a través de un trabajo y servicio de calidad.
Para dejar esto más que claro, trajo a colación la famosa frase de la Madre Teresa de Calcuta: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. La cita con gestos de convicción y trata de predicar con el ejemplo en todos los ámbitos en los que se desenvuelve.