Por Orlando Holguín
En una de las encuestas que realizamos para nuestro programa Ke Colmado, preguntamos a las mujeres cual de estos tres tipos de hombres ellas rechazaban más: El Celoso, El Tacaño o El Bultero.
Entre las entrevistadas, incluso hubo una española de un grupo de tres, a la cual le explicamos que un bultero por estos predios es una especie de fantoche o alabancioso desmedido.
Señores, sólo una de las abordadas habló del hombre celoso y otra, si mal no recuerdo, se refirió al tacaño. Algunas contestaron que un hombre celoso no es para volverse loca, pues se podía manejar y que el tacaño tambien se sobrellevaba.
Nuestro país está lleno de personas bulteras, sobre todo de hombres que hacen que el “bulterómetro” estalle en pedazos. El hombre bultero no desperdicia oportunidad para echarle vainas a mujeres y hombres, pues hay algunos que se divierten más echandole guararé a uno de su mismo sexo que a una femina. El bultero tiene muchas formas de echar vainas. Hay tipos que hasta en la forma en que llegan y parquean un vehículo muestran el refajo del aguaje.
Del bulto hemos vivido siempre. El dominicano hace, lleva a cabo o acomete cualquier empresa, sólo para estar a la altura del vecino, para no quedarse atrás o para echarle una vaina a alguien. Así andan muchos en yipetones, las cuales tarde o temprano tienen instalado un moderno sistema de gas, o se pasan varios meses abolladas, porque sus bulteros dueños, luego de sufrir un accidente, no pueden pagar el seguro full, el cual podría costar hoy lo que costaba un vehículo a medidados de los años 80.
La primera comedia que realizamos para la televisión fue titulada Jaime, la cual hacíamos junto a Cheddy García, Miguel Céspedes y Frank Suero en el programa “Quedate Ahí” en el Canal 5. Alondra (Cheddy García) era una nueva rica que tenía a Jaime, (este servidor), una especie de lambón y enchinchador medio amanerado, el cual estaba al tanto de lo que compraban o hacían los González, unos vecinos ricos.
Por ejemplo, inmediatamente Jaime informaba a Alondra que los Gonzalez habían adquirido un Mercedes Benz, había que comprar un vehículo igual o mejor.
Pues bien, esa comedia, que se inserta dentro de lo que se llama humor universal, pues esto puede suceder en cualquier sociedad (sobre todo tercermundista, pues los europeos mientras más cuartos tienen, más en el anonimato prefieren estar), se queda corta con lo que pasa en nuestro país relacionado con el echavaineo, el bulterismo y el aguaje.
Hay mujeres que se dejan impresionar con cualquier vehículo o con cualquier asomo de poder que les muestre un hombre, y es ahí donde el bultero hace su agosto.
Pero las damas que tienen aunque sea un poquito de materia gris, rechazan al hombre “aguajero”. Es bueno aclarar que el bulto no está en aquirir el objeto, pues a fin de cuenta usted puede desear algo material y lograr alcanzarlo.
El bulto reside en no estar en condiciones para adquir un bien material, y además de eso, salir a la calle a lucirlo, a estrujarle a la gente que tú tienes eso y a tratar de llamar la atención de la forma que sea, como por ejemplo, un gallo loco guayando los neumáticos de una Lexus 570 en un barrio de clase baja.
Ni hablar de nuestro medio artístico. Ahí sí es verdad que el bulterismo es una profesión. Hay quienes son capaces de comer comida vacía (sin tajo) con tal de andar en un tremendo carrazo.
Ya lo saben, hombres, uno de los tipos de machos varones masculinos que más rechazan las que de verdad mandan en este mundo, a las que hay que conquistar, es decir las mujeres, es el bultero, entiéndase fantoche o alabancioso. Publicado por Joseph Caceres