Hay quienes tienen un buen sistema inmunológico y no manifiestan los síntomas hasta mucho tiempo después. La mejor manera de saber si tiene la condición es mediante una revisión médica o por muestra de sangre que determine si está infectado con el virus. Las personas con herpes deben de abstenerse a tener relaciones sexuales cuando tengan lesiones o síntomas del herpes. Siempre es recomendable el uso del condón para las relaciones sexuales para reducir el riesgo al contagio de la persona no infectada.
El tratamiento que lleve la persona infectada no sólo interrumpe el brote, sino también previene la aparición de nuevos episodios, reduce el número y severidad de los mismos. Mantener un régimen de tratamiento aun cuando no existan los brotes ayuda a reducir la posibilidad de transmisión a las parejas sexuales. Es importante recordar, aunque la persona no tenga síntomas o brotes, puede aún infectar a su pareja sexual. En ocasiones, los brotes del herpes (ampollas, úlceras, llagas o lesiones) no son visibles; por ser un virus se mantiene presente a través del sistema nervioso.
El riesgo de contagio siempre está presente, aun con el uso de condón; además, no se debe correr el riesgo de un posible embarazo. La mujer embarazada que presente herpes durante el momento de del parto amenaza el nacimiento del bebé pues la criatura puede desarrollar meningitis herpética o infección crónica en la piel. En este caso, el parto se deberá efectuar por cesárea.
Los síntomas que presenta la mujer comienzan con una sensación de quemazón y posteriormente con salidas de ampollas dolorosas, que se rompen; más adelante se convierten en úlceras que desarrollan unas costras que luego desaparecen sin dejar cicatriz. Pueden durar entre dos a tres semanas. Estas lesiones suelen aparecer en el lugar donde entró el virus (entró el contagio). Las zonas más afectadas son la región perianal, la región de la vulva/vaginal, interior de la vagina y cuello uterino, con presencia de flujo vaginal. La aparición de los síntomas ocurre aproximadamente a los diez días de la persona haber estado infectada. Otros síntomas asociados al herpes son los que se originan en una gripe de temporada: fiebre, malestar general, dolores musculares, dolor de cabeza e inflamación de los ganglios. Las mujeres pueden contagiarse y no saber que la padecen porque su brote comenzó desde el interior de la vagina y no presentan síntomas.