El paraguita amarillo

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El recurso de usar los escenarios de premiaciones artísticas para promover causas políticas y sociales a veces no surte los efectos deseados.

La gente no es tonta como para no darse cuenta de lo que hay detrás.
Tony Almont anoche subió a recibir el premio a Toque Profundo como Grupo de Rock del Año con el paraguas amarillo del 4 por ciento para la educación.
Más que un apoyo a la causa, el hecho fue percibido como un oportunismo de Almont para hacerse el gracioso y llamar la atención.

Además, ya Héctor Acosta había usado el mismo recurso en el premio Lo Nuestro, y eso le generó también críticas, pues se  alegó  que se trataba de un escenario internacional , ajeno a esa problemática local.
Fijense que estoy haciendo un comentario imparcial, porque hay que  tener cuidado con eso.
Igual sucede cuando ocurre un desastre climatológico, que de inmediato aparecen cantantes y compositores de quinta categoría grabando temas musicales pro recaudacióin de fondos, para supuestamente ir en ayuda de los dannificados.

A la expresión “pro recaudación de fondos” hace tiempo que le  tengo miedo.
Demasiados chanchullos y “búsqueda” hay en ella, que cuando no es por un interés económico, es publicitario  o por un afán de notoriedad para aprovechar la tragedia humana. Publicado por Joseph Caceres

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