Si bien hasta hace poco tiempo los dientes relucientes sólo eran patrimonio de las estrellas del cine y la televisión, cada vez más, la gente “común” quiere lucir una envidiable sonrisa y recurre a lo que esté a su alcance para lograrla. Aunque eso muchas veces dañe su salud.
Así es que aumentó el consumo de remedios caseros, como pastas dentífricas, geles para aplicar en férulas y tiras o películas blanqueadoras con el fin de dejar sus dientes níveos. Otros prefieren pasar por la consulta del dentista.
Especialistas no tardaron en advertir que, tanto el mal uso casero, como el abuso de las sustancias blanqueadoras (las utilizadas son peróxido de carbamida o de hidrógeno) erosionan la superficie de las piezas dentales y pueden acarrear problemas de salud, publicó el diario El Mundo.
Es más, hasta ya hay un término para definir la nueva conducta: la blancorexia califica a las personas obsesionadas con el blanco de los dientes que se someten reiteradamente a tratamientos.
El odontólogo madrileño Juan Ramón De Córdoba aclaró que “lo primero que los pacientes deben tener en cuenta es que no se puede hablar de blanqueamiento, porque los tratamientos no tienen este efecto, sino que aclaran los dientes. El éxito depende en gran medida del buen diagnóstico del agente o agentes causantes de la tinción dentaria, que pueden ser de carácter exógeno o endógeno“.
A sus argumentos se suma el Consejo General de Dentistas de España (CGCOE) que defendió la necesidad de ponerse en manos de un dentista antes de someterse a este tipo de técnicas. “Se debe hacer una valoración del estado general de la salud bucodental del paciente, no sólo para decidir el tratamiento más adecuado en cada caso, sino para descartar otros problemas y evitar así posibles complicaciones. Esta revisión es de vital importancia, ya que el blanqueamiento no está recomendado en pacientes con gingivitis u otras enfermedades periodontales“, reconocieron desde el CGCOE.
Entre los riesgos, especialistas advirtieron que “los tratamientos que actualmente se venden y usan libremente en cualquier tipo de comercio y centros de estética, pueden contener concentraciones de agentes blanqueantes (entre el 0,1% y el 6% de peróxido de hidrógeno) que pueden ocasionar problemas bucodentales“.
Los más frecuentes “son las quemaduras en tejidos blandos y un aumento de sensibilidad exagerada en los dientes. Una cuestión importante del tratamiento, que suele preocupar al paciente, es el tiempo de duración de los resultados del blanqueamiento dental. Los dientes están sometidos a agentes externos constantemente, por tanto, a tinciones. Esto significa que los tratamientos no son definitivos”, aseguró De Córdoba.
Y para que nadie sea engañado, finalizó: “Los dentífricos y chicles para blanquear tienen tan bajas concentraciones de peróxidos que su eficacia como tratamiento para aclarar los dientes es nula”.