¡No se deje atormentar por los problemas!: Busque una salida

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No crea que usted es el único que afronta problemas; tampoco piense que el universo siempre hace todo lo posible para que sus planes jamás lleguen a feliz término. ¡Eso jamás ocurre! Pásele lo que le pase,la fe es la mejor arma que tiene para enfrentar las adversidades.

Más allá de las vicisitudes, de los dolores de cabeza, de las enfermedades o incluso del mismo aburrimiento que tenga, la hora más larga no dura más de sesenta minutos.
La anterior parece una reflexión “simple”, pero tiene mucho sentido.
¿Por qué?
Porque por más asfixiante que sea la situación, todo tiene su tiempo y jamás durará más ni menos de lo que corresponde.
Es cierto que todos, en alguna ocasión, nos encontramos con angustias que no podemos resolver de una; pero no por eso nos vamos a echar a morir.
¿Qué hacer?
¿Darnos cabezazos contra la pared? Eso sería absurdo, entre otras cosas porque el muro no se moverá y, en cambio, sí resultaremos descalabrados.
Ha de saber que cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución; así no la veamos.
Algunos sicólogos recomiendan que, antes de enfrentar los ‘problemas’, la persona debería dar tres vueltas por su propia casa, por el barrio o incluso por aquellos sitios que le llenan de paz tales como: un templo, una zona campestre, un jardín, en fin…
Después de ello sí se puede analizar el panorama y, con más calma, tomar una decisión.
No cabe duda de que hay problemas más grandes que otros; pero así usted no tenga viento, puede construir un molino que le ayude a soplar.
Otro ejemplo: si siempre se encuentra con un agrio limón, antes de amargarse la vida, debería mejor sacarle el jugo y convertirlo en una sabrosa limonada.
Hay que tener valor para afrontar las cosas. Nadie dice que sea fácil, pero hay que hacerlo. La clave radica en tener fe de que las cosas se pueden resolver.
Además, en esto de asumir sus angustias usted jamás está solo y tiene tres grandes fortalezas a su lado.
La primera, tal vez la más importante, es poseer la gracia o amistad con Dios.
La segunda es la salud.
Y la tercera se fundamenta en tener la buena voluntad de los que tratan con nosotros.
Si considera que no tiene esos tres dones, debería pedirle al Altísimo que se los permita descubrir.
Sueñe con que el problema se le solucionó; esto equivale a pensar de una manera positiva. Cuando usted sueña les pone fin a los pesares de su corazón y a los enormes conflictos que le genera una situación. Recuerde, eso sí, que debe ser moderado en su sueño; porque el que no madruga con el sol, no goza del día.
Por último, le corresponde tomar decisiones: no se quede esperando a que la respuesta caiga del cielo.
Conjugar el verbo “actuar” en primera persona lo llevará a la solución definitiva de su problema. Nadie dice que no se pueda equivocar, pero al menos sabrá que hizo todo lo que estuvo a su alcance.

¡TOME LAS COSAS CON CALMA!

A veces vivimos días terribles. Cuando ellos llegan, la frustración surge porque no sabemos a quién acudir y, al mismo tiempo, nos invade una sensación de amargura.
En esos casos es indispensable, en primer lugar, alejarse del drama y ver las cosas con entereza.
¡No intente pelear contra el mundo por lo que le pasa!
Todas las tentativas de maldecir por lo que le está ocurriendo son formas de resistencia que, de manera desafortunada, intensificarán sus problemas. Cada partícula de rechazo requerirá de la misma cantidad de energía para superarla. Así que, nada de llorar como una ‘Magdalena’.
Cuando usted fija su problema en todo lo que sufre, en todo lo “injusto” que es la vida para usted, se desgasta.
Si afronta uno de esos momentos en los que siente unas  ganas profundas de acabar con todo, primero tómese un tiempo para respirar.
La clave está en no dejarse llevar por el tedio, pues siempre hay tiempo para reiniciar.
No mire sólo sus fracasos, usted se puede dar el tiempo suficiente para consentirse e incluso para enfrentar las más difíciles situaciones que la vida le muestre.
Recuerde: rebelarse contra el sufrimiento o quejarse por todo, sólo empeora las cosas.

CITA BIBLICA

En un Salmo de las Sagradas Escrituras se lee lo siguiente: “Si alguien carece de sabiduría, que le pida a Dios y Él se la dará”. A todos, ricos o pobres, nos conviene encomendarle nuestros proyectos al Altísimo porque, con seguridad y con mucha fe, se nos cumplirán los buenos deseos.
Esto lo han comprobado millones de personas: desde el Rey Salomón, quien le pidió al Señor que lo iluminara para llegar a ser un buen gobernante; hasta el embolador de nuestros días, quien antes de empezar al día le pide al Creador que pueda hacer que los zapatos de la gente luzcan siempre mejor.por Euclides Ardila Rueda/EL LIBERAL

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