Tiempo atrás se acuñó el termino «periodismo ciudadano» para referirse a la acción de las personas que compartían información a través de plataformas digitales sin ser periodistas, fenómeno que se está redefiniendo y muchos ya lo catalogan como «paraperiodismo digital» que, aunque puede sonar nuevo para algunos, describe una tendencia en auge que sigue transformando el panorama mediático a nivel global.
Ahora, ¿cuál es la definicion formal que se le da al paraperiodismo digital? Si urgamos nos encontramos que se refiere a la producción y difusión de contenido informativo por parte de individuos o entidades no periodísticas a través de plataformas digitales.
A diferencia del periodismo tradicional, que está sujeto a estándares éticos, de verificación y rigor profesional, el paraperiodismo puede ser realizado por cualquier persona con acceso a internet y una plataforma digital. Esto incluye blogs, redes sociales, canales de YouTube y otras formas de comunicación en línea que permiten la distribución masiva de información.
Este fenómeno ha crecido exponencialmente con la democratización del acceso a la tecnología y la proliferación de plataformas digitales. Hoy en día, cualquier persona puede convertirse en un «periodista ciudadano», informando sobre eventos en tiempo real, compartiendo opiniones y creando contenido que puede alcanzar a millones de personas en cuestión de segundos.
Su impacto real
El paraperiodismo digital tiene varias implicaciones para la sociedad y el ecosistema mediático. En primer lugar, ha permitido una mayor diversidad de voces y perspectivas. Ahora, temas que antes podrían haber sido ignorados por los medios tradicionales pueden ganar atención y visibilidad. Esto ha sido particularmente relevante en contextos de protesta social, crisis humanitarias y eventos locales que no siempre encuentran un espacio en los grandes medios.
Sin embargo, también plantea desafíos significativos. La falta de verificación y control de calidad puede conducir a la propagación de desinformación y noticias falsas. Sin los estándares profesionales de los medios tradicionales, la línea entre la verdad y la ficción puede volverse borrosa, lo que socava la confianza pública en la información que se consume.
Además, puede contribuir a la fragmentación del espacio informativo. Con tantas fuentes de información disponibles, los lectores tienden a buscar y consumir contenido que refuerza sus propias creencias y opiniones, lo que puede llevar a la creación de cámaras de eco y polarización.
El futuro
A medida que el paraperiodismo digital continúa evolucionando, es crucial encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y la necesidad de información precisa y fiable. Los medios tradicionales pueden jugar un papel vital en este proceso, adaptándose a las nuevas tecnologías y mejorando la calidad y veracidad de su información.
Asimismo, las plataformas digitales tienen una responsabilidad significativa en la regulación y moderación del contenido. Iniciativas para verificar hechos, etiquetar contenido dudoso y promover fuentes confiables son pasos en la dirección correcta para mitigar los efectos negativos del paraperiodismo.
En última instancia, los consumidores de información también deben desarrollar un sentido crítico más agudo, cuestionando la fuente y veracidad de lo que consumen antes de aceptarla y compartirla… es quí donde la educación mediática se vuelve esencial para equipar a las personas con las habilidades necesarias para navegar en el complejo mundo de la información digital.
El paraperiodismo digital es un fenómeno que refleja la transformación de nuestra sociedad en la era digital. Presenta desafíos y ofrece oportunidades. Este camino implica un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados para garantizar que la información que consumimos sea tanto accesible como confiable. No podemos negar su existencia, por ende, desde los medios, debemos seguir replicando el periodismo responsable y ético.